RIBETES DE FUEGO

Un recuerdo cruje entre hendijas opacas de una azotea,

errante vaga una figura que la brisa lleva en su tacón,

como nova fugaz de salitre desciende a estuarios de mareas

el espacio acuoso y vagabundo se embriaga con  alcohol.

El recuerdo aletea, dormita y en su la cima del sueño cabecea.

La grácil anatomía delinea su contrafaz de ambarino girasol

la lámpara ya duerme sobre mis ojos y en vela estira su bemol,

un arqueado violín orquestal de eólica armonía vincula la  trenza. 

Es el vaso comunicante de arterias donde ruge y estalla el latido

como un eco que atraviesa las murallas acantilares de la piedra.

Atiza el fuego una bandada alba de albatros con vívida pasión

Ceñido el cuerpo virtual queda el cenit saturado decenizos,

dos labios se funden en la forja, centellea al yunque el crisol,

ribetes del fuego que trajinaron con deleite impetuosasfronteras.