CUENTO ROSARIO EN LAS CANTERAS

Aquella mañana el viento suave de las islas canarias pasaba sobre el terso y suave rostro de rosario, su cabello negro volaba con el viento mostrando la belleza de la mujer, descalza corría sobre la blanca arena de las canteras y bajo sus pies se mojaban con las calidas aguas del mar del atlántico. Parecía una inmensa piscina el mar que por historia muchas veces demostró su brava descendencia, estaba apacible a los pies de rosario, de pronto un llamado el saco de sus ejercicios:
-rosario ¿me puedes ayudar?
La joven miraba extrañada a todos lados sin encontrar a persona alguna, todos están a una distancia alejada metidas en las aguas del paraíso guanche.
-¡rosario, aquí estoy sobre las rocas!
Rosario bajo la mirada y aprecio sobre las rocas a un cangrejo rojo, el cual estaba atorado sobre unas algas,
-¿Quién eres?, pregunto la joven.
-soy un Rey, ¡ayúdame por favor!
La joven un tanto temerosa ante tal hecho sobrenatural, sigilosamente se acercó y cogiendo unas ramas de unas de las rocas, empezó a tirar de las algas, logrando dejar libre al cangrejo rojo.
-¡gracias, gracias! Haciendo gestos sobre la tierra el cangrejo le demostraba su agradecimiento por el gran favor.
-¿Cómo es que hablas, si los cangrejos nunca hablan?
- soy un Rey, pero te tendré que narrar la historia para que entiendas y puedas asimilar mi origen.
-vale, entonces cuéntame pequeño cangrejo, cual es tu origen y vida.
Inmediatamente la joven se sentó sobre la arena y empezó a escucha el gran relato del cangrejo rojo.
-había una vez, un pueblo prospero, llamado las Atlántidas, no muy lejos de aquí, con decirte que las canarias es una parte de ellas.
.Si, si! Dijo la mujer, callándose para poder seguir escuchando el relato del cangrejo.
Prosiguió el relato así:
-en una época, hubo un gran ataque de truenos y huracanes que azotaron las islas, mi pueblo muy adelantado en las ciencias y la anatomía de la persona humana creo un sistema, es decir un medicamento que te convertía en un animal marino gracias a ello, ahora podeos vivir bajo las aguas, muy dentro en las profundidades pasando las arenas del fondo del mar.
-¡vale!, ser extraño en fin tu tienes derecho al mundo como nosotros. Dijo la joven.
-te mostrare algo, me puedo convertir en un ser humano pero solo por unas horas.
Dicho estas palabras, el cangrejo rojo se convirtió en ser humano, su belleza era extraordinaria, sus ojos color de perlas brillaban con el sol, y su pelo rubio dorado caía sobre sus hombros; rosario boca abierta miraba con asombro, nunca un ser humano tan bello y diferente se había visto en la tierra, quizás solo en los sueños.
-¡mi agradecimiento dulce flor de los jardines del edén! Dijo el hombre de la Atlántida,
-¡eres, eres un ser muy hermoso! Dijo rosario.
-¡gracias linda terrestre, me tengo que ir con tu disculpa, mi gente me espera en el fondo del mar!
Viendo rosario que la temperatura empezaba a subir, comprendió que dicho ser humano debería regresar a su habita natural, y, dándole un beso se alejo corriendo con la brisa del mar bajo su rostro sobre las blancas arenas de las islas canarias.