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Defecto
Poema
Categoría: Sentimientos

Dolor

Un miércoles negro, tuve. Temprano por la mañana de ese día,


Perdió su lucha contra el cáncer,


Un niño que no pudo llegar a cumplir sus 12 años de vida en enero,


Que no pudo celebrar su navidad,


Que no vio nacer el año,


Que se perdió de gozar las excelsitudes de su infancia,


Que a pesar de todo el dinero que sus padres tienen, no pudieron salvarle.


Me embarga una tristeza infinita, letal… ¿Se dan cuenta?


 


-Apenas tuve escasos intercambios de impresiones y un poco de convivio-


 


Si éste niño hubiere significado algo más para mí


Si me hubiera dado un poco más de su tiempo para quererlo,


Si sucediere que tuviere amistad con él…


En estos momentos estaría en un grado de abatimiento,


Tan grande y fuerte que no sé,


Si sería mi coraza suficiente para menguar el golpe.


Infortunado. Infortunados padres, infortunados hermanos


Infortunio de la vida ¿Cuántos van?


 


No me duele su muerte, me duele su niñez perdida.


 


 


Hice un viaje relámpago


Tenía que estar ahí,


Se lo había prometido a ese niño,


-¿creerán que le gustaban mis historias?-


Volví sinceramente conmocionado.


No esperé verlo en esas circunstancias,


Él tenía tantas esperanzas y yo tan pocas que darle,


Se me antoja injusto.


 


Y pensé en los míos, y  pensé en mí.


No quiero dejar un dolor,


Yo,  no quiero eso.


 


Esta mañana tuve tiempo para preguntar por Dios,


Desearía que existiera.


He tratado de  rezar, pero por pura ética no lo hago.


Mis rezos sonarían a burla


No puedo creer verdaderamente en él.


Si existiera, si se diera cuenta de lo que pasa


Lejos de su mundo perfecto, en éste, tan imperfecto.


 


Le echaría en cara su desapego.


 


Le exigiría bajarse de su nube de adoración y halago


Y enfrentar la responsabilidad de su creación.


 


No quiero pedir ni rezar, -mi rezo sonaría a sarcasmo-


Y sin embargo, elevé una plegaria, un reclamo


Casi parecido a una oración.


Orar es diferente al rezo –para mí-


Uno, es con el sentir propio, con el corazón en la mano,


Profundo, doliente. Y el otro, es repetir algo memorizado


Como quien aprende una abrumadora lección de repaso,


Que si no se dice tal cual, no funciona.


 


Fue un reclamo doloroso, lleno de atormentadas imágenes


Bestial,


 Desboqué mi cuadriga de epítetos,


Chasqueé mi lengua, la fustigué, la dolí sobre mis palabras


Para que fueran duras, claras, directas, exigentes, sin ambages


Deseaba que me viera, que me escuchara… que me hablara


Ese Dios tan ajeno, tan interpérrito.


 


No le pedí piedad, sino ajustar cuentas.


No quería dejar dudas de mis intenciones


Fue una deprecación en formal recuerdo


De ese y todos los niños desamparados…


De todos los olvidados, los abandonados,


Los sacrificados en circunstancias terribles


Mientras Él, duerme henchido de gloria y devoción.


 


Dios no estuvo presente, no acudió a mi pase de lista.


 


Mi tristeza está de luto.


Hay una raíz de rencor, un ansia de ser fuego


Y arrasar como un fragor de música lenta eso que no puedo ver.


Eso que nos tiene en medio de la nada


Cual frágiles chispas que se apagan en los pasos del aire.


 


Quiero huir,


Apartarme de ese enemigo que no veo


Que nos desgarra sin misericordia


 Siento su paso atronador.


¿Qué sigue?


 


Lo siento… Traigo coraje contra la vida.


–No es cierto, ni me debe ni le debo-.


Pero es que tengo necesidad de blasfemar, de lastimar,


De vociferar, de no sé qué…


 Lo siento.


 


Pocas veces me siento como sardina atrapada en una lata


O como perrito atropellado en un eje vial.


Ésta, es una esas ocasiónes.


Cuando me lleguen estos momentos no me tomen en cuenta,


Solo pido que alguien me escuche…


Y gracias por hacerlo.


Son momentos de incipiente locura, nada más eso.


Ya pasará. Pasará como pasa la vida, Pero pasará.


 


–Qué locura, ¿No creen?-


 


Veo mi sombra… se la está llevando el viento.


Hay una aventura que campea en la distancia,


Es una espera que no debe tardar,


Se abre como caricia para decir que ahí se respira paz


… Paz eterna y final.


 


Mi poesía, mis historias –mis tristes historias-


Todo yace en el olvido como gaviotas de papel que el tiempo bebe.


Sólo, frente al horizonte afloran los recuerdos


Junto al mar y mi Luna mágica.


 


Estoy triste, pero ya pasará. Ya pasará, ya…


 


Las noticias dolientes me estrujan el alma,


Me empapan el corazón


Y quiero sacarlo al sol para ponerlo a secar,


Para que no sienta el fríode este piélago de palabras


En donde encallan las voces que ya se fueron.


 


Trato de encender la hoguera


Que me haga señalarle el camino a la justicia,


Brotan estrellas de mis manos


Para servir como faros en esta noche obscura que me acosa…


Pero, tan sólo me acompaña un abrumador silencio


Que convierte en astillas mis mensajes.


 


Tan solo espero que su frágil cuerpo


Sirva de simiente a la solidez que demostró en su alma


Y su muerte


Se pueble de noctámbulos luceros.


 


No espero más, no espero menos.

Datos del Poema
  • Código: 377411
  • Fecha: 12 de Mayo de 2017
  • Categoría: Sentimientos
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 460
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: Alberto Amezcua V
País: MexicoSexo: Masculino
Fecha de alta: 23 de Abril de 2011
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