Hoy me visitan los gnomos y las musas
etéreos personajes que siguen mi vagabundeo,
señores de las noches, largas y difusas,
sutiles prestatarios del verdor de los deseos.
Sitian en mi mente, me sumergen en sus dudas
callan lo escéptico y me miran distanciados,
corren desvestidos en la pendiente que perdura
cuando los sueños aún no fueron soñados.
Susurran parsimonia, me atan con candados
quiebran mis amores y los dejan sin aliento,
son los duendes altivos, señores enamorados
que me dejan sin razón con vagos pensamientos.