La vereda de mis sueños.

En la vereda de mi sueños
no acampan odaliscas
ni santurronas chupasirios
que se toman la ostia
en medio de bares y ventiscas,
en ese cordón de pasamanos
besan las reinas sin corpiño
y aflojan las faldas sus seguidores
cumplen el rito del cariño
metiendo mano en cada uno de sus dones,
en la vereda de mis sueños
tranzan la merca sin hipocresías
la venden en cubos
con el papel adormecido
huelen los dragones
y huyen en estampida
las flores que marchitas
vitorean la muerte del rocío,
en ese cordón de cieloraso
se muere el alma en demasías,
congela el tiempo
un cronos enmohecido,
tu perfume se evadió
entre mi sexo y querrías
que ebrio de tu amor
acepte tus idas y vueltas del olvido.
En la vereda de mis sueños
los sueños se desvanecen,
se quitan las armaduras
como se arranca una condena
perfil del otario
que en vez de dormir, amanece,
entre las noches pretéritas
de alguna llovizna de penas,
y en ese cordón de
clonaciones furtivas
donde el Rey es esclavo
y el bufón un Dios profano
me reclaman los sueños
amarte mientras viva
y morir en el instante
cuando te sueltas de mis manos!