Sadomasoquista

Mírame a los ojos de manera bestial,
embriágame con el fuego de tu mirada;
haz mis huesos temblar,
que contigo no le tema a nada.
Acércate a mí cual fiera salvaje,
olfateando y observando a su presa,
tómame con tus manos y empújame bruscamente;
acorralándome contra la pared sin tener escape.
Mientras, aprisióname con tu cuerpo,
de tal manera que arda con fervor mi sangre
mi piel se va estremeciendo
y aumentan mis ganas de besarte.
Teniéndome ya con tus ojos, hipnotizada, dominada;
que tus manos recorran desde mis cabellos hasta mis pies,
mientras me besas apasionadamente, desenfrenadamente
y muerdes mis labios hasta su sangre beber.
Quiero que mis manos rasguen tu espalda,
tu cuerpo, que junto al mío
hace que despierte en mí lo inimaginable, mi lado obscuro,
déjame arrancar tus ropas en un instante;
de tu cuerpo anhelo saciarme.
Siento como tus labios besan mi piel, como muerdes mi cuello
y esa esquina de mi hombro,
de hacerlo me enloqueces
y en ese instante mis labios comienzan su travesía.
Beso tu cuello suavemente,
con gran tentación de morderlo y dejar mi recuerdo,
de causarte un dolor placentero,
que te enloquezca aún más en el momento.
Entre esta entrega nos desnudamos,
arrancándonos todo desmedidamente,
dirigiéndonos hacia el lugar donde nacerá nuestro pecado.
Tu cuerpo se tira sobre el mío,
el calor y la excitación aumentan con cada movimiento,
me giro y soy yo quien domino,
amarro tus manos entre esposas, recibirás ru castigo.
Me gusta que este indefenso,
quiero ver el disfrute en tu rostro, de tu sufrimiento;
un látigo azota tu pecho
y tu gimes de la excitación,
mientras el dolor va en aumento.
Saboreo con mis labios cada centímetro de tu piel,
entre azotes y mordisqueos,
que te producen gran placer.
Entonces te libero
y soy yo ahora tu inocente prisionera;
incapaz e indefensa,
has lo que desees conmigo.
Arruñas mi espalda y mi pecho,
muerdes las aureolas que adornan mis senos
y grito del placer que causa este door intenso.
Marcas todo mi cuerpo con tus manos y con tus labios,
muerdes mi sexo descontroladamente y yo más me estremezco,
tornándose una adicción este sufrir, irremediablemente.
Porque el dolor que me puedas causar más y más me excita,
no te arrepientas soy tu esclava y tu mi amo,
juega con mi cuerpo, contrólame sin pensarlo;
soy yo tu fiel y lujuriosa sadomasoquista.