EL CANDIDO

"El cándido"
Antenoche allá en la feria
me encontré una chica seria
con un porte angelical
y me entró como una histeria
que corría por mi arteria
aunque dicen que es letal...
..que es hechizo del demonio
y, tal vez, porque el insomnio
me ha cargado a la sazón.
Le he rezado a san Antonio
y he tomado hasta antimonio
sin lograr mi curación.
¡Ay! es que era tan divina,
tan inmóvil y catrina,
poseía tal candor,
como perla la más fina
con su gracia palatina
y en la flor de su esplendor.
Cuando yo topé con ella
estallé como centella
en un éxtasis febril.
Era tierna, dulce y bella,
luminosa como estrella,
cuello lánguido y sutil.
Parecía que cantaba,
que su canto acompañaba
con tal pose y distinción,
que cualquiera que pasaba
ni escondía ni ocultaba
su profunda admiración.
¡Qué salada! ¡qué elegante!
tan cercana y tan distante
con su boca de rubí
que de pronto, en un instante
como un príncipe galante
me sentí cuando la vi.
Boquiabierto, estupefacto
me produjo tal impacto
que trabado me quedé;
pero esperen...en el acto
y queriendo ser exacto,
nunca supe cómo fue.
Parecía una princesa.
¡Qué donaire y sutileza
en su cutis de coral!
Y un rubor como de fresa
maquillaba la tristeza
de su piel tras el cristal.
Jamás vi mujer tan maja
pues ninguna la aventaja
¡qué atractivo, qué primor!
Un diamante entre la paja,
cualquier flor, cualquier alhaja
no podría ser mejor.
Con qué gracia luciría
la exquisita lencería
de su piel la desnudez,
que hasta el alma se salía
de mi cuerpo y la veía
con los ojos al revés.
Cómo hubiera ya querido
ser poeta, ser Cupido
y expresarle mi estupor;
y decírselo al oído:
"me has herido, me has herido,
y con qué tenaz rigor..."
Preguntarle, interrogarla
quién llegó a configurarla
con tal alta perfección
y besarla y adorarla,
seducirla y atraparla
en la red del corazón.
Pero todos se reirían.
"¡Loco, loco!" gritarían
con razón, claro que sí,
y de mí se burlarían
y jocosos me dirían:
"¿No ves que es un maniquí?"
Heriberto Bravo Bravo SS.CC