Están ahí, puedo sentirlos, pero ya no me asustan,
he aprendido a convivir con ellos,
eterno dilema, aunque yo no quiera verlos ellos me buscan,
pero ya me dá igual, porque ya no les temo!...
Esos demonios internos que conviven en mi mente
y que pretenden a veces controlar hasta mi cuerpo,
desafían mis sentidos, mis placeres
y pretenden desafiar a mis recuerdos...
Sombríos pensamientos se mueven en la obscuridad de mi cabeza,
la poseción absoluta de mis locos pensamientos,
pozo insondable de locuras y silencios traicioneros,
alimentándose de absurdos remordimientos.
En la obscuridad de mi cuarto, sepultada en el olvido,
bajo el fuego silencioso de una pasión contenida,
allí en la complicidad con mis miedos,
tratándose de apoderar de mi vida!...
Agazapándose en las sombras del crepúsculo,
desafiando mis deseos, mis motivos.
Quizás saben que soy mujer sin escrúpulos,
que sin pasión y sin deseos, no vivo!...