A Ella, por siempre.

Pero el amor triunfa,

es vida intensa,

perdura en la memoria ,

consuela al reconvaleciente,

el amor no muere,

duerme latente,

a la espera del recuerdo,

Así, una grata melodía,

un intenso atardecer,

el suave aroma de una flor,

el incesante oleaje del mar,

o un cielo transitado por Orión,

son motivos que atizan el recuerdo.

Y brotan tenues sensaciones,

expresando,

no he partido, vivo en ti.

El amor no muere,

vive en el jardín de lo memorable,

hogar predilecto del alma,

donde los bien amados,

reviven la pasión y el entrañable recuerdo,

como una amorosa fuente,

donde brota el recuerdo,

por ti amada mía,

quien a lo largo de mi caminar,

me acompañas con la vital huella del amor.