Yo me puse el mundo por montera,
al conocerte,
no pude menos que quererte,
ya para siempre seria tu prisionera.
Sali al ruedo como un vitorino
como cariñosamente me llamas en ocasiones,
defendiendo el amor que guardaban nuestros corazones
y fui mujer de bravura y tronio.
Y quede atrapada en el ruedo de tu amor,
y en medio de la plaza estabas tu vestido de luces,
para quitarme mis miedos, mis penas, el pesar de mis cruces,
salvandome del dolor.
Yo embestia,
y con petalos de claveles tu pasion me envolvia,
Torero, me matas cada vez que te miro a los ojos,
me rozas con tus manos y me derrito entera,
no hay en el mundo mujer que mas te quiera,
que a su corazon ya le echo todos los cerrojos.
Pues ya puede venir principe, capitan o marinero,
que yo amor mio,
de verdad te digo,
que por nada del mundo yo cambio a mi torero.