No me mires de esa forma
tu bien sabes mi sentir,
tu mirada me desarma, me convierte
de tormenta, apacible atardecer.
No me digas que lo sientes,
esa excusa me la se,
he aprendido esas palabras tan trilladas,
al decirme, ¡no volvera a suceder!.
Ya estoy dejando el sillon de paciencia
en que esperaba por ti,
donde las horas me llenaban de angustia,
de insomnios sin fin.
Estoy quitando el telon de ese teatro
que solias montar,
donde las obras de tus tantos instintos
podias mostrar.
El mejor acto reconozco los has hecho
conmigo al vivir,
como un gran hombre,
un ideal compañero,
¡gran amigo tambien!.
¡Que talento!, ¡que cinismo!,
va mi aplauso para ti,
tu argumento he terminado de leerlo,
¡cuanta historia inventaste para mi!.
No remedias ni con llanto,
las heridas de mi amor,
tus caricias ya no puedo soportarlas,
¡ve a ensayarlas!,
con la que estrenaste ayer.
-