Igual que un collar de perlas,
celosamente guardado
en el cofre de los sueños,
permanecen los recuerdos.
Cada una de sus cuentas,
inunda mis pensamientos
de un mar de goces pasados,
de alegrías y resuellos.
Una joya inigualable,
un inaudito tesoro
un soplo de aire fresco,
manojo de bellas flores.
Abro mis manos queriendo,
abarcarlos un momento
como el crepúsculo hace,
cada día con el tiempo.
Pero son sólo recuerdos,
sin aromas, sin texturas,
algo incorpóreo y sutil,
que de a poco, me devora.
® Susana Valenzuela
14-01-11