Y es que acaso puedo seguir luchando
contra esa palabra que se niega
contra ese sueño que no despierta,
contra ese espíritu que no se cansa.
Vives en mis sueños,
vives en mis días,
vives en mis soles,
vives en mis lunas,
vives en mis pupilas,
vives en mi mar.
Y me duermo en tus sueños,
y me oscurezco en tus días,
y me quemo en tus soles
y me ilumino en tus lunas,
y me asomo en tus pupilas,
y me ahogo en tu mar.
Solo me siento cuan desierto de arena vacía,
Solo respiro silencio en mis días,
solo lamento vivir en agonía
que doblega mi alma perdida.
Y aún así me ahogo en tu mar…
y aún así tú no haces nada…
y aún así sigues pasando por mi orilla…
y aún así las esperanzas se amalgaman en el camino… María Ysabel Camacaro.