Una estrella ha desaparecido
del firmamento, un grano de
arena se ha desaparecido en
el mar; una nube negra se ha
colocado en el cielo para
hacerme compañía en medio de
tanta soledad.
Las flores sin tí hoy perdieron
su color, y un ave tímida duda
en pasar, podría decirme ella
con su triste canto, cuán
difícil es vivir si tú no estás.
Cada lágrima un porqué, cada voz
de aliento una razón; ayer fui
a la iglesia, hablé con Dios, le
pedí que le diera un motivo para
que siguiera latiendo mi corazón.
Quisiera saber cuántas vueltas
dará el río para llegar al mar;
quisiera tener el número exacto
de cuántas lágrimas dejé al pasar.
En una nube negra se alberga mi
triste soledad, ¡Oh Dios mío!
¿Cómo podré vivir si él ya no está?
En mi ventana aún no ha dejado
llover y un gran trueno amenaza
con volver, el arcoiris ha perdido
su color y mi pecho siente un gran
vacío en su interior.
¿Te amé mucho? No lo sé, sólo sé
que el corazón, la conciencia y la
razón tienen una gran discusión:
no saben si amarte u olvidarte.
¡Qué gran confusión! ¿Y ahora
cómo alivio a mi corazón?
Las manecillas del reloj se detienen
y a dos ancianos ví románticos besar,
me pregunto muy por dentro porqué el
tiempo se detiene y porqué a aquellos
ancianos no supimos alcanzar.
Pasó la nube de tristeza, y en ella
ya no cabe más dolor, ya no caben más
asperesas para obstruir a mi corazón;
Pasan los segundos y el tiempo ya no
se detiene: ¿Y ahora cómo le explico
a mi corazón cómo hacer si tú no vuelves?