En el reparto de la ayuda de al vida le tocaron dos remos rotos para una ajada barca,
imposible surcar los mares de la vida con este pobre legado,aún más,si la mañana se torna oscura y parca en palabras generosas.
Pero él nunca se rindió,pues sabía que la vida,igual que te dá dos remos rotos, también te otorga grandes velas,o,¿por qué no?,dos grandiosas alas para subir muy alto,a lo más alto si las valoras y,con paciencia, aprendes a manejarlas.
Y enseguida comenzó a buscar a su alrededor;varios caminos estaban a sus pies;debía escoger bien,no todos los caminos le llevarían a sus ansiadas alas.. MARGA M.R. (mar 68)-M.B.