Hoy mi corazón volvió a bailar,
al ver tus ojos en mi posar.
Un rubor inundó mis mejillas
y aparté rápido la vista.
No fué solo una vez,
sino una, dos y tres.
Después de tanto tiempo,
nuestras miradas se encontraron,
causándome casi un infarto.
La sala de clases desaparecía,
y la voz del profesor se desvanecía,
mientras en tu mirar me perdía.
Con tus profundos ojos,
tocas en lo hondo de mi ser,
haciéndome desfallecer.
Si tu supieras lo que me haces sentir,
cada vez que te fijas en mi.
Que mi corazón vuelve a palpitar,
cuando nuestros cuerpos juntos están,
y aunque tu cuenta no te das,
de alegría rebosa mi mirada.
Y si algún día tu te fueras,
yo moriría de pena,
llorando tu partida,
hasta vaciar mis cuencas.