Sueños de muerte.

En las inciertas acuarelas de agónico crepúsculo
estoy divagando por las agonías de este mundo
caminando en la gélida ciudad, donde minúsculo
siento divagues de alcohol en mi dolor profundo.
De noche y de sombras, cenizas, densa tiniebla
que viste los pórticos
que acechan incesantes
mi retina herida, se irriga con la sutil niebla
que a rígidos vigías, les da hálitos cambiantes
Desciendo por el mármol, mi mano sobre cieno
e historias en bronce, esquivo en el caoba
recinto de las fobias, donde de vacío pleno
presumen descansar en la marmórea alcoba
Querubines tiesos al pie de un ángele ciego
coronan el refugio de la soledad del alma
porque regreso siempre, si lúcido reniego
del negado final que lucha con mi calma.
Tal vez imperturbable, sueñe con aquellos
que ayer poblaron de luz, mi vida tan dormida
y presienta que el sol que miente con destellos
los refleje con sombra de regreso a la vida
Que utópico desvarío, en memorias mentidas
de pretender del cieno, rescates celestiales
con yacientes formas que son vidas perdidas
llevadas sin destino por fríos vendavales.
Que grave el alba que opaca los colores
Porque no hallo jamás el camino certero
No hay risas, ni destellos, solo rumores
Que anuncian mi futuro, con rigor severo.
Porque me lleva mi mente a vivir en agonía
recorriendo espantos y espacios del olvido
acaso no habrá alguna luz, en esta vida mía
siendo solo uno mas, de los que ya han partido.