**********************************
Como el viento, vas y vienes,
la maldad brilla en tus ojos
y a los hombres entretienes
cuando por la calle vienes,
mirándolos de reojo.
Malos redaños te han dao
y mala sangre en tu pecho;
contigo fui por derecho
pero tú me has engañao,
¡ay, cuanto daño me has hecho!
Yo quisiera no quererte,
por ser tan mala mujer,
tendría que aborrecerte
y escupiéndote a la cara...
abandonarte a tu suerte.
Si tú supieras mujer;
es tan grande mi cariño,
que puede con tu despecho,
y vuelvo a tí como el niño
que su madre le da el pecho.
*********************************