Cuando la mierda te llega al cuello,
cuando lo que quieres se aleja de ti,
cuando la suerte juega en el equipo contrario,
no queda otra que ser negativo.
Yo no tendría que estar escribiendo esto.
Tendría que estar hablando de felicidad,
de armonía,
de equilibrio,
de todo ese royo.
En cambio
la vida vuelve a dar un vuelco,
realmente aún no lo ha dado,
más bien
lo estoy viendo venir,
llamadme vidente.
Yo seré quien ria el último,
sí. . .
justo antes de morir.
Mientras tanto el bucle continúa,
un mes de tranquilidad,
de alegría,
de bienestar,
y después
¡¡zass!!
Otro chasco,
otro golpe,
otra vez en mi paladar
el ácido sabor del suelo.
Ni me rindo,
ni voy a dejarte,
la decisión está en tu mano.
Si tomas la correcta
ganaré por seguir contigo
y para ti será lo mejor que hayas hecho,
aunque pueda sonar pretencioso.
Si tomas la que no debes
perderás,
lo tengo claro,
y aunque no sea esa mi mayor victoria,
yo ganaré de algún modo,
porque no merezco sufrir,
y si no tienes claro algo por una vez en tu vida
mi niña,
tal vez sea lo mejor que yo siga mi camino.
Mi conclusión es
que sea cual sea el resultado
de este partido que nunca debió jugarse,
yo seré quien venza.