Hombres y ríos, destinos similares.
Aquellos, siempre detrás de las riquezas,
éstos, tratando de aumentar sus cauces;
y ambos para ello hacen uso de sus fuerzas.
Los ríos llevan sus aguas cuesta abajo
y aunque se desvíen siempre van al mar;
los hombres caminan mirando hacia arriba
y aunque se desvíen, van buscando la verdad.
A veces los ríos se estancan en represas
y sus aguas van fluyendo lentamente;
a veces, los hombres ponen frenos a su vida
esperando en la rutina a ver qué sucede.
Muchos ríos se desbordan y hacen daño
y a su paso cortan vidas y esperanzas,
muchos hombres con su furia tan salvaje
dejan vidas, con su violencia, marcadas.
Grandes ríos que a pesar de su apariencia
son domados por la técnica del hombre,
grandes hombres que se jactan de valientes
son dominados por estúpidas pasiones.
Corre el río pues no tiene otro destino
que llevar el agua que recoge del cielo,
anda el hombre y aunque a veces sin razón
con cada paso va marcando su sendero.