Hasta el dia de hoy, siempre , aún en los momentos más tristes,
he tenido la suave caricia de una esperanza.
Ayer, alguien me dijo que se iba,
que partía de mi lado, de mi vida.
incluso entoncés, no desfallecí.
Pero la tristeza va extendiendo ,ocultas, sus raices.
Silenciosa, oscura y fría. Le gana terreno a
la esperanza.
Allá donde surge una nueva tristeza,
El alma siente que le clava su hacha el leñador.
Hoy no aspiro a que me mire, ni siquiera
a que me vea sin querer. He perdido mi última esperanza.