Charlan filósofos en cada barra,
elucubrando grandes teorías
entre copa y copa o entre jarra y jarra,
pero no me dan muchas garantías.
Ebrias posesiones de la verdad,
Sócrates no les llega a los tobillos,
discursos repletos de terquedad,
la sabiduría de hombres sencillos.
Conocen la vida y la mala suerte,
saben de sueños y desiluciones,
los problemas acaban con la muerte,
no tienen por qué medir sus acciones.
Son típicos borrachos de taberna
que siempre guardan algo interesante,
no juzgues solo la apariencia externa,
puede que tengas un genio delante.