El buen sentido
es lo que mejor repartido
está entre todo el mundo,
pues cada cual piensa
que posee tan buena provisión de él,
que aun los más descontentadizos
respecto a cualquier otra cosa,
no suelen apetecer
más del que ya tienen.
En lo cual
no es verosímil
que todos se engañen,
sino que más bien
esto demuestra
que la facultad de juzgar
y distinguir
lo verdadero
de lo falso,
que es propiamente
lo que llamamos buen sentido
o razón,
es naturalmente igual
en todos los hombres;
y, por lo tanto,
que la diversidad
de nuestras opiniones
no proviene de que unos sean
más razonables que otros,
sino tan sólo de que dirigimos
nuestros pensamientos
por derroteros diferentes
y no consideramos
las mismas cosas.
No basta,
en efecto,
tener el ingenio bueno;
lo principal es aplicarlo bien.
Las almas más grandes
son capaces de los mayores vicios,
como de las mayores virtudes;
y los que andan muy despacio
pueden llegar mucho más lejos,
si van siempre
por el camino recto,
que los que corren,
pero se apartan de él.
Fragmento "Discurso del Método" Descartes