Mas no lo fue...

Escuchaba una lánguida melodía
Caminando entre la fina lluvia y dejando huellas
Así presentía que alguien me seguía
Como no queriendo mirar al suelo
Seguía paso a paso mis huellas
No distinguiendo los pasos del silencio
Sin importar aquellas ramas que pegaban en su cuerpo
Con aquella lluvia y en medio de aquel viento
Llegué así a un hermoso lugar de ensueño
La humedad del rocío en la brisa
Anunciaba el agua cayendo fuerte de una cascada
La cual brillaba y reflejaba de la selva sus fulgores
Y las más hermosas flores de todos los colores
Extasiada me senté a mirar aquello,
El cuadro más bello de la Naturaleza
Cerca un gran árbol de ramas poderosas
Parecían extendérmelas como en un abrazo
Desde mi distancia que guardaba
Respirando ese aroma de agua y flores
Vi en el tronco macizo de aquel árbol
La silueta con garbo de un hombre fuerte
El viento acercó un suave pétalo
Que en mis labios como una caricia depositó
Parecía un beso salido de aquella silueta
Que de pronto... desapareció
Las flores no suelen dejarse llevar así por el viento
Mas esta desprendía además de su dulce fragancia,
La esencia de un extraordinario e imaginario ser
Recostado a un lado del árbol buscando su querer
Se alejó la silueta en pos de un sueño
Sueño de amor que quizá nunca a él llegó
Por no darse cuenta que próxima a la cascada
Entre la selva y las flores... estaba yo
Mis huellas ya más no he de dejar
No al menos por ese sendero ya andado
Añoraré la cascada y su aroma de luz y sol
Sol que al marcharse sólo sombras dejó
Lara Elra Cira