Se apagan las últimas estrellas,
se esfuman los últimos atardeceres,
se pierden en la nada,
las últimas miradas,
extraños caminos estos de perderse.
Se apagan ahogados,
los últimos silencios,
se evaporan en la distancia,
las caricias que no llegan,
extraviadas, robadas,
por ese aire maligno del olvido.
Me duele,
me entristece tu silencio,
mi silencio,
de luna sin sueño,
de noche abocada,
de cascada perdida en la niebla,
de esta niebla que enloquece.
Pozo este tan inerte,
como la tristeza que flota,
que nace en el ambiente.
Quizás ya,
nunca vuelva mi alma,
a escribir versos de amor,
los versos que hacian sonreir,
la brisa de mi fuente,
quizás ya,
mi sonrisa se pierda para siempre,
en alguna nube extraña.
No sé que quedará,
ni que pasará en esta noche eterna,
pensaré en ti,
para no caer en un sueño robado,
de olvidos apagados,
de noche de murmullos,
perdidos en silencios transparentes.