Convencido estoy, Señor,
de lo que quieres de mí,
no he titubeado al aceptar,
ni he dejado de pensar,
lo que me ha tocado decidir.
Convencido estoy
y así lo he demostrado,
he dejado todo por seguirte
y he venido aquí a decirte,
que acepto tu llamado.
No he sabido quizá
abandonarme por completo,
pues, aún pienso en el pasado
y aveces vivirlo he deseado,
aunque sea un momento.
Más no busco regresar,
ni dejar este camino,
porque he encontrado en él,
lo que yo busque y encontré,
lo que siempre habría querido.
Convencido estoy ahora,
que tu mano es la que guía,
los pasos que me llevan
y poco a poco elevan
mis pensamientos a tu alegría.
Convencido y tú lo sabes,
a tu obra yo me ofrezco,
sin recelos ni dolores,
que disipan mis temores,
que no sé si lo merezco.