No imaginas cuantas ilusiones y sueños perdidos,
cuantos deseos que nunca llegaron a concretarse,
cuantos suspiros no escuchados ni atendidos,
cuantos suzurros en el alba se han perdido.
No encuentro respuesta a tus mentiras,
a tu venganza,
a tu insistencia en hacerme llorar.
Siempre cerrado a tu razón y a tu egoísmo.
sin siquiera tratar de entenderme a mi,
siempre tu razón es la que vale,
yo no se nunca lo que digo según tú.
El engaño es tu disfraz,
la locura tu escudo,
y tu falta de hombría tu verdad.
Pobre de la que no te conoce y caiga en tu trampra,
le dirás te amo y luego la cambiarás por otra,
adiós vómito del averno,
que a buena hora me liberé de ti