Nos despedimos siempre alegremente,
te deseo suerte, es total cortesía.
Nuestro momento se viste de hipocresía,
la superficial alegría es vanamente.
Despedirte, es despedirse del mundo,
el deseo real es que cumplas tu destino,
es la razón que me aparto de tu camino.
Me quedo muriendo en cada segundo.
No temo a la soledad, es parte de mí,
solo que ya no quiero vivir sin ti.
Miro al cielo no sé que pedirle a Dios,
si nos separamos en mutuo acuerdo,
el sufrimiento en mí me lo guardo,
estas en mí, y a pesar te digo adiós.
Autor: Alcibíades Noceda Medima