Manjares del olvido.

No me digas que las horas te acicalan
ni me toques la razón de los intentos,
no maldigas los fetiches que te aclaman
ni las luces de aquellos malos momentos.
No me gustan las mujeres que investigan
los pasados temidos de los hombres,
no quisiera que en presente me digan
que el futuro se viste con tu nombre,
no supongo la ventura del poderoso
ni la pobreza del mendigo en el tejado,
el poder nos carcome hasta los ojos
y ese pobre nos dibuja con candados,
no pretendo la exactitud de un domingo
ni los sábados poseerte en mis costados,
las virtudes las despliega el distingo
de tenerte mas allá de los feriados,
no interpretes mis rimas como tuyas
porque las demás se sentirían desplazadas,
cuando pienso en tus pechos que murmuran
amo a aquellas que me dan sus madrugadas.
No platiques sin querer y en el momento
de hacerme el amor en tus derribos,
recuerda que somos víctimas de aquel viento
que sesgó de un soplo los manjares de un olvido.