Y quisiste el mundo bajo tus pies,
rendido y sosegado
ante el altar de tu ternura,
mas cuando lo tuviste contigo,
ahí
bajo tus besos encendidos,
ese mundo…
era un mundo de papel
que te olvidó en un solo instante,
se hundió
sepultado en el fondo mismo
y con él,
la ilusión de ese amor
inmenso
que esta noche tan nuestra
vaga en la condición
de un amor agonizante,
como la tierna caricia del amante
que en silencio se entrega
para perderse luego con el viento;
y es que así es ese mundo de papel
que lento en la penumbra muda,
aún bajo tus pies,
se hunde por siempre interminable.