Comience a pastar, como loco, la hierba de los campos,
Sin saber dónde está mi derecha ni mi izquierda.
Borre las antiguas fronteras entre mi existencia y mi suicidio,
Te ruego, en nombre de todos los locos, que me comprendas.
Te ruego, cuando el vino diga algo inoportuno.
Del amor, que me perdones.
Ahora estoy en trance de la hermosa locura.
Perderás la ocasión de tu vida,
Si no aprovechas mi locura.
¡Espiga que brota entre las lágrimas!
La espada ha penetrado en el corazón,
Ya no podemos retroceder.
Ahora estamos en la puerta del peligroso amor,
Y yo te quiero hasta la inmolación,
Hasta la muerte, hasta el estremecimiento.
Eso ocurre siempre en las grandes relaciones.
Con quien he vivido millones de pequeñas locuras.
Ya sé lo que significa estar enamorado,
Tras las murallas del tiempo