Abre mi pecho, como en cirugía
desconecta mis venas y arterias
deja que mi sangre se escurra por mi cuerpo,
arranca con tus manos delicadas,
este corazón en desvalía.
Cose poco a poco sus pedazos,
con hilos de amor y ternura,
para ir reconstruyendo a este pobre corazón;
que terminará con miles de costuras,
por su pasada destrucción.
Asegúrate que de entre costuras no caigan gotas,
de la sangre envenenada de mi roto corazón,
no dejes que manchen el resto de mi cuerpo,
tornado grisáceo por las veces que latió.
Corazón de cianuro,
en un día se convirtió;
succiona de él, mortífero ácido,
que poco a poco lo mató.
Cirujano de mi corazón,
ya que has sellado las heridas
y arrancado el mortal veneno,
devuélvele a mi cuerpo la vida.