Tal vez, y sin quererlo niña hermosa,
mi vida entre tus manos te has llevado,
y tanto, acaso tanto te he adorado,
que ya que estoy sin ti, soy poca cosa.
La parte de mi vida, más dichosa,
se fue con tu querer, y me ha dejado,
dormido, y hasta incluso abandonado,
en esta ausencia cruel, tan espantosa..
Entonces –porque tanto me pregunto-
¿qué sentido tiene haberte amado,
tan solo para ver mi amor difunto?
Tal vez nunca jamás vuelva a mirarte,
pero dichosa suerte me ha tocado,
tan solo, por la gracia de encontrarte. (1998)