Hace cuatro semanas que empezo esta tempestad,
estos dias oscuros radiados de muy poco sol;
cuatro semanas colmadas de dolor y tristeza,
enfrentado al teatro de la vida misma.
Por momentos el nubarron pasa,
y la calma reina en ese instante;
momentos demasiados cortos y falsos,
pues la vida me lleva siempre de vuelta a ti.
El corazon envuelto en un remolino,
rafagas que lo arrazan y lo destruyen;
el dolor y la angustia de perderte por siempre
lo desgarran lentamente en cada latido.
El futuro incierto,
con un camino angosto y peligroso;
El futuro impredecible,
con unas manos que nos atan y separan.
Algunas palabras casi inertes,
que talvez ya no encontraran tus ojos;
palabras que salen de la tormenta
y se pierden en este laberinto de la vida.
Cuatro semanas de puertas cerradas
y ventanas que no abren;
alli, encerrado en la tiniebla,
se ahoga el grito de mi amor perdido.