La agonía de un pueblo!

Vigilia silenciosa, esperas que no llegan
voces que aturden las calles aún tranquilas,
y en cada resplandor de ilusión los que esperan
en los húmedos refugios que devuelven sus pupilas.
Momentos de aquellos que saben que perdieron
lo poco que tenían en manos del sistema
callado infierno que a su paso le extrajeron
la dignidad abstracta de una pobreza extrema.
Halcones que a la noche vuelan devorando
pedazo a pedazo lo que no les corresponde,
halcones de piedra que a su filo van tallando
la lenta agonía de un pueblo que aún responde.
Si vieran con que poco se haría un emergente
valle de riquezas que aflora a cada paso,
si vieran que el poder es solo un recurrente
paseo por las nubes que se esconde por si acaso.