Bajo las alas floridas de un árbol,
la esfera eterna observa tranquila,
su milenario fulgor es la lumbre,
en el lugar de las rosas fragantes.
Entre las sombras se esconde el destino,
junto al laurel que recuerda de anhelos,
almas gemelas se encuentran a veces
esos amores apenas existen.
La luna clara refleja en las aguas,
que suavemente se alejan danzando,
solo los grillos irrumpen con cantos.
Si la luciérnaga verde se enciende,
cuanto estremece su breve destello,
como diamante centella a los astros.
Humberto Reyes H.