Hoy mis viejos queridos,
esta carta que yo les escribo,
es para hablar del tiempo
y sus recuerdos,
de cuando siendo yo apenas
un niño, sus cuidados y consejos
sigo guardando en mi corazón.
A mi madre hoy le pido,
que perdone mis errores
de tantas noches, en que llorar
solo hacia, por mi estupida rebeldía;
que esas canas tan bonitas
que adornan hoy su cabecita,
fueron la causa de los años,
tantos cuidados
y toneladas de atención.
A mi padre y gran amigo,
sus consejos siempre
tan valiosos, cuan joyas
que me dabas, y yo…
en mis tiempos mozos,
nunca supe valorar.
Vivía absorto con mi vida,
mis miles de fantasías,
aventuras y mujeres…
todo me daba igual.
Ahora que he crecido,
ahora que tengo mis propios
hijos, veo las cosas
desde otra forma de pensar;
ya mis hijas estan creciendo,
y aquellos sabios consejos…
los cuidados que me dieron,
son parte de la vida,
bellos recuerdos que tengo
siempre adentro,
los cuales veo
desde atrás del cristal;
!mis padres!
esos viejos tan queridos,
a los que quiero
como amigos…
amigos de verdad.