En medio de la oscuridad agobiante
que perturba los sentidos de la tranquilidad,
ese lugar donde la certeza de temer
es el ingrediente perfecto,
que nos provoca la desesperación en general.
Sombras pasan por delante y por detrás,
y nuestro ojos no las pueden identificar,
la brisa con gran empeño,
azota sin demora la ventana que nos da,
un acercamiento a la luz de la luna, que brilla con gran intensidad.
El ímpetu de mantenernos quietos,
sé afloja con los sonidos,
que percibimos con la ayuda de nuestros
oídos,
en ocasiones pensamos que son engañosos,
que son ilusiones de miedo creada por
nuestro sueño,
pero a veces son reales y por temor no
queremos comprobar,
tal vez las sombras un día nos buscarán.
Viviendo con el temor de la noche,
sin luz,lampará o focos que nos brinden
nuestra ex caza seguridad,
nos aferramos al temor,
que a parece en nuestro pensar sin dudar.