De la mano del destino emprendí un día cualquiera,
El camino triste y solitario de los seres invisibles,
Incapaz de detener en mi mente a la dulce primavera,
Comprendí que mi padre era un ser humano sensible.
De su carácter de guerrero aprendí de las divinidades,
en un mundo donde las mentes procesan su intelecto,
las ideas condensan intereses mecánicos y triviales,
Los límites de un sueño naufragan en sus dialectos.
El hacedor decidió darme una segunda oportunidad,
Me apoyo para seguir adelante con la mirada en alto,
Mi padre me ayudó a levantar la mirada con dignidad,
a pesar de los días obscuros pude dar el ultimo salto.
Siempre estaré agradecido por ese gesto de amor,
Que me devolvió la fe y me ayudo a recobrar la calma,
Fue un tiempo de temor, angustia y mucho dolor,
Encadenado, esclavizado por los ideales sin alma.
Gracias Padre por devolverme la dignidad sin llorar,
A veces tropezamos en los obstáculos de la mente,
Intentamos todo, pero nada, nada es posible de lograr,
Solo la sangre de un héroe nos devuelve la paz.
AUTOR: IVAN CARRASCO AKIYAMA /PSEUDÓNIMO D_Amadore