Del tiempo vuelves en mi pensamiento,
aun siento vibraciones en mis poros, cuando enamorada decías te adoro
susurrando. Imagino tu aliento.
También digo: y pensar que alguna
vez estuve ocupando su corazón…
¡Vaya alegría!, se extinguió sin razón,
a pensar que te amaba cual ninguna.
De la melancolía me despierto,
hallo mis ojos clavado en el vacío,
tu piel ya no me toca y siento frío.
Tu amor, ausente no soy completo,
mi otra mitad se fue contigo,
también tu calor, donde me abrigo.
Autor: Alcibíades Noceda Medina