Convencido que al final del túnel,
no hay ninguna luz,solo la esperanza,
nos sostiene,esa que,tal vez eterna,
enhebrada entre tantos versos,
nos espera, para darnos sin dudar,
todo lo que soñamos alguna vez.
A veces, dudamos si elegir.
La juventud voló,en viajes internos,
deseando ser uno mismo,
para perderse en horizontes,
donde llegamos a caer,
por más o menos que nada.
En esos viajes sin timón,
donde la violencia ,casi siempre predomina,
y nos acerca sin olvidar,
indistintamente, hacia lo sagrado o lo profano,
pretendemos manejar,aunque sin maestría,
la metamorfosis de nuestras vidas.