Amanece en mi corazón, renace mi esperanza, brilla en lo más alto la pasión y con ella la confianza, de que al final de esta estación me está aguardando mi amada, con la frente en alto y las manos prestas a ser colmadas.
La ansiedad de verla me lastima las entrañas me mutila algunos versos y a otros les da vida, mis suspiros a cien por hora, mi corazón de subida, mis manos sudorosas, mi alma siento extraña.
Es el alma de un perdido a punto del bautismo, es el alma de un niño acudiendo al catecismo es el alma de un soldado tras el desastre de un sismo, es el alma de un mortal que de una diosa esta enamoradísimo.
Drqco
¿Donde estas que ya no escribes? ¡ dinos que ha sido de ti!, es quizas que no pecibes el vacio que hay aqui.