Es tu mirada un raudal de efusiones,
Son tus ojos dos luceros que se encienden dentro en mi,
Cuando te observo de soslayo, siento que tenga que ser así,
Siento que no sea para ti dueña de confesiones.
Son tus labios tibia fuente de pasión,
Dulce miel que emana el dulzor en mis versos,
Amarga hiel que mata mis más profundos secretos...
Agridulce sensación que enloquece mi corazón.
Son tus manos origen de la tentación,
Que me llaman cual fruta prohibida a saborear tu amor.
Es el fino tacto del abrazo del padre sol, apacible ardor,
Áspera, fría y recia interdicción.
Es tu aroma urdimbre clara de color,
Que deleita y estremece cada parte de mi ser,
Rosas frescas que se esconden en tu pálida tez...
Eres tú, todo entero, carcelero de mi amor.