No Hay Peor Ciego.....

No Hay Peor Ciego, Que El Que No Quiere Ver
No puedo dar crédito a tu palabra, cuando
tu intelecto es 0, porque te jactas de hablar
mal del Che Guevara, cuando no tienes educación
ni preparación para poder exponer el tema
adecuadamente, defendiendo sin ofender,
lo que tu crees es la verdad.
Sin embargo seres humanos con estudio
y preparados, conocedores de la verdadera
Justicia, ellos si homenajearon al gran hombre
que por amor ofrendó su vida.
Yo puedo dar crédito a las palabras, cuando
las dice: Alfredo Zitarrosa, Yupanqui, Cortazar,
Milanés, Jara, Benedetti o Neruda. que opinan
lo contrario que algunos necios opinan.
Si la Democracia que existe, es por la que quieres
luchar, entonces estás luchando, para que sigan
los niños muriéndose de hambre y sigan los hombres
sin dignidad, perseguidos por la Justicia, por trabajar,
para llevarse a la boca un pedazo de pan.
Y aqui te dejo con un poema que Pablo Neruda
Le escribió al hombre que tu ofendes sin saber.
Viva La Libertad de los hombres; Viva El Che.
Que aunque no este presente, nos dejó un legado:
Seguir luchando por la dignidad y libertad
de los hombres que sueñan con la Justicia.
Lagodecristalesazules
25/09/2010
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"Tristeza en la muerte de un Héroe"
Pablo Neruda
Los que vivimos esta historia, esta muerte y resurrección de nuestra esperanza enlutada,
los que escogimos el combate y vimos crecer las banderas, supimos que los más callados
fueron nuestros únicos héroes y que después de las victorias llegaron los vociferantes
llena la boca de jactancia y de proezas salivares.
El pueblo movió la cabeza:
y volvió el héroe a su silencio.
Pero el silencio se enlutó hasta ahogarnos en el luto cuando moría en las montañas
el fuego ilustre de Guevara.
El comandante terminó asesinado en un barranco.
Nadie dijo esta boca es mía.
Nadie lloró en los pueblos indios.
Nadie subió a los campanarios.
Nadie levantó los fusiles, y cobraron la recompensa aquellos que vino a salvar
el comandante asesinado.
¿ Qué pasó, medita el contrito, con estos acontecimientos?
Y no se dice la verdad pero se cubre con papel esta desdicha de metal.
Recién se abría el derrotero y cuando llegó la derrota fue como un hacha que cayó
en la cisterna del silencio.
Bolivia volvió a su rencor, a sus oxidados gorilas, a su miseria intransigente,
y como brujos asustados los sargentos de la deshonra, los generalitos del crimen,
escondieron con eficiencia el cadáver del guerrillero como si el muerto los quemara.
La selva amarga se tragó los movimientos, los caminos, y donde pasaron los pies
de la milicia exterminada hoy las lianas aconsejaron una voz verde de raíces
y el ciervo salvaje volvió al follaje sin estampidos.
PABLO NERUDA