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Categoría: Angustia

-_frio_-

Tengo frío, siempre tengo frío. Mis manos heladas bailan por el teclado, juguetonas, saltarinas, heladas... tiemblo. Una brisa de aire recorre mis pulmones, mi cara tiene otra temperatura, está colorada, roja, caliente.
Acabo de hacer algo que nunca debí dejar. Me he mirado al espejo, no me gusta lo que veo. Una cara roja, con ojos angustiados, una sonrisa que no sonríe. Tengo frío, siempre tengo frío. Adoro el verano, hace calorcito y por fin mis manos dejan de estar heladas. Tengo frío siempre, en la cama, no consigo conciliar el sueño, siempre tengo frío.
Hoy hemos ido a comprar, he visto ropa, para mi no, eh, que conste, no me gusta lo que veo, pero es como un puzzle, un laberinto del que no quiero ver la salida. Parece que cuanto más cerca está, más huyo yo de ella. Tengo frío, mucho frío, mis manos, mis dedos antes cálidos ahora se tornan gélidos. Mis manos están rojas, me duelen, las cierro, las abro, no puedo mantenerlas cerradas, me hace daño.
Hoy he descubierto algo muy interesante, pero cuando lo he utilizado, he perdido el interés, no sirve para nada, solo para recordarte que el tiempo pasa, y pasa y no puedes hacer nada para remediarlo.
Tengo frío, mis pies están fríos, a través de los zapatos puedo sentir su frío, seguro que si ahora mismo me los quitara, no podría juntarlos, están helados, hace mucho frío.
Hoy una persona a la que quiero mucho a sufrido un accidente, no ha sido nada, su ángel de la guarda estaba con ella, protegiéndola, sólo ha sido un descuido, todo ha quedado en un susto.
Tiemblo, ahora mi cuerpo entero tiembla, tengo frío, tengo mucho frío. Borro una y otra vez letras que se escapan en medio de las palabras, los dedos no reaccionan, están agarrotados. Si no fuera por que es exagerado, cogería ahora mismo unos guantes, una manta y a escribir, pero ya me imagino a mi madre, con sus bochornos, con sus calores. Piensa que todo el mundo tenemos calor en pleno mes de noviembre.
Un repelús. He movido inconscientemente todo el cuerpo. Parecía que iba a echar a bailar... bailar... cuanto hace que no practico eso. Parece que la vida se haya acabado para mí. Intento asumirlo, aceptarlo, intento pensar que dentro de unos años, no sé, catorce o quince años, quizás, tal vez pudiera tener yo mi grupo de amigos, salir a bailar, a tomar una copa, volver a altas horas de la madrugada, salir tranquila, sin estar cada cinco minutos pensando si estará bien, si habrá comido, si estará dormido... si será feliz.
Tengo frío. Un nudo ahoga mi garganta, casi no me deja respirar, trago saliva, respiro hondo, el nudo baja, pero no así la pena. Presumo de ser una personita muy alegre, viva, a la que le encanta reír, pero no es más que una máscara que tapa mis heridas. Aún no hay cicatrices, las heridas siguen abiertas. Hay quien perdona y olvida, yo no consigo perdonar y mucho menos olvidar, no quiero caer en lo mismo de nuevo, ya basta de recibir, ¿Cuando podré dar?... si pudiera.
Mis dedos crujen, siguen fríos, mis manos heladas intentan habituarse al invierno, no lo consiguen. Una lágrima juguetona quería salir, le he dicho que no podía, debía quedarse dentro, con sus hermanas, no deben salir nunca, aunque esté a solas, aunque nadie pueda verme, no puedo llorar.
El otro día leí una pregunta en la que proponía parar el mundo, la gente, todo durante tres horas, qué haría yo entonces... no lo sé, hay tantas cosas que tres horas no son suficientes, dame al menos un día, regálame un sólo día, pídeselo al dios Crono, él te lo dará. Después, tráemelo, tengo tantas cosas que hacer, tantas cosas que decir que no me atrevo que ni en un día terminaría.
Tengo frío. Me duele la espalda de estar encogida a causa del frío. Mi cuerpo tiembla de nuevo, muevo los pies, los cruzo, intento articular los dedos, me cuesta, pero lo logro. Tengo las manos heladas. Ese anillo que tanto trabajo me cuesta sacar del dedo, ahora resbala y casi se sale solo. Ese es el efecto que tiene el frío en mis manos... y si saliera desnuda a la calle, quizás, con un poco de suerte, no me vería nadie ni me llamarían loca, quizás, con un poco de suerte, conseguiría adelgazar un poco, a lo mejor, lo suficiente para que me empiece a gustar lo que veo.
Otro escalofrío. Mis ojos se cierran para recibirlo, esta casa es muy fría. Son las 20:23, llevo casi todo el día enganchada al ordenador, no me cansa, todo lo contrario, cuando conecto el enchufe, es como si me conectaran una inyección de adrenalina. Soy feliz con mi maquinita.
Estiro la espalda, intento ponerme recta para que me deje de doler. Un poco tarde...
Acaban de llegar mis padres, me toco la nariz, parece que me han echado anestesia, no la siento, está congelada. Definitivamente, me hace falta una estufa. Tendrían que inventar estufas portátiles, yo sería la consumidora numero uno. Solo recuerdo un año en el que no pasé tanto frío, fue estando embarazada. Dicen que da mucho calor. Pues yo lo confirmo, da mucho calor, el suficiente para no tener que llevar abrigo en pleno mes de diciembre.
Tengo frío, pienso en películas en las que haya escenas de calor, de fuego, pero solo viene a mi mente la de Jack Frost, muy adecuada para la época del año en la que estamos, pero no para mi temperatura. Mi padre se ha quitado la chaqueta, está en manga corta, y lo más gracioso, por así llamarlo, es que tiene calor. Yo he llegado a ponerme tres jerséis y estar completamente congelada.
Acaba de preguntarme por mi demonio, le he dicho que está durmiendo, veremos a ver la noche que me da. Posiblemente se despierte sobre las cuatro o las cinco de la mañana, que nochecita más agradable de televisión me espera.
Voy entrando en calor, parece que mis manos, al escribir, van tomando el calor del ordenador, que es más del que yo tengo en este momento. Ya no me duelen los pies, siguen fríos pero ya empiezan a reaccionar. Parece que se oye, me ha parecido que estaba reclamando mis atenciones... se ha callado.
Ya no tengo tanto frío, voy a saludar a mi madre, está cambiándose en su dormitorio. Voy a darle un abrazo y a decirle mentalmente cuanto la quiero, quizás, debiera decírselo más a menudo, pero eso es algo que ella sabe de sobra.
Buenas noches.
Datos del Poema
  • Código: 246719
  • Fecha: 22 de Septiembre de 2005
  • Categoría: Angustia
  • Media: 6.69
  • Votos: 201
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1,876
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: emc24
País: EspañaSexo: Femenino
Fecha de alta: 22 de Septiembre de 2005
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