CARTA A MI AMADA, LA MUJER QUE FUE MI VIDA

No fueron poesías lo que hoy quise escribir, la verdad que solo quise decirte lo mucho que aún te amo y no sé por que, si se que al hacerlo me castigo; pero el solo pensar como mi cuerpo cubre el tuyo cuando tú quieres, el solo imaginar como será nuestro próximo encuentro, sin saber donde ni cuando; el recordarte a cada segundo de soledad que tengo; el saber que aún acunas mi llanto cuando me vence el destino y quedo sin fuerzas. Tanto, hay tanto amor mío, para aún seguir queriendo; que esto solo se empaña por el silencio al mundo que conserva cada uno de nuestros encuentros. ¿Por qué? ¿Dime tú, el por qué de tanto secreto? Es que acaso el amor no es libre, amar no es bello, amar no es vivir. ¿Entonces por qué? ¿Por qué no gritar te quiero? ¡¡ Sí gritarlo a los cuatro vientos!! Que todos lo sepan, que no sea un misterio.
Dime amor mío a que temes y yo prometo estar allí para defenderte, veras que blandiendo la espada de mi palabra y usando el escudo de mi corazón hasta el monstruo que ataco San Jorge yo haría retroceder, por supuesto si mi premio fueras tú, o si a tu rescate debiese ir.
Dime amor, es que no te convence mi amor, es que crees que un bohemio no se enamora; no te equivoques, quizás seamos nosotros los poetas los que más sepamos amar, precisamente por que el amor es nuestro alimento diario; somos nosotros los que menos queremos la soledad, ya que esta nos acompaña siempre; no pienses amor que puedo fallarte, no creas que pueda dejarte; el solo pensar que debo dormirme y al cerrar mis ojos dejaré de verte ya mi corazón se angustia. Ya sabes mi amor, si crees que la magia de este amor es el secreto; ve sabiendo que entonces esta condenado a su entierro; yo amo la libertad del amor y quiero que lo sepa el mundo entero, por que un amor encerrado entre cuatro paredes es un amor que poco a poco va muriendo.
Y hoy al cerrar tus ojos recuerda que yo sigo en el encierro de mi mundo, ese que alguna vez creamos para vivir dentro de él, ese que hoy recorro en soledad y me doy cuenta por que al caminar por mis calles solo veo una sombra, la de mi humanidad y al entrar a mi cuarto solo me espera el silencio, ese silencio que ayuda a pensar pero que tortura el alma y que obliga solo a vivir de recuerdos y en nuestra mente a escuchar las voces de lo que fue ayer y que hoy ya no volverá.
Quizás esta nunca llegue a tus manos, quizás nunca sepas como pienso, pero sabe amor mío, si mañana vez una hoja arrugada entre mis manos no son solo palabras, son mis sentimientos.