El día en que a tu ser vea distante
se habrá apagado la llama de mi amor,
llorará mi corazón por el dolor
de verte amor mío con otro amante.
Si dolorido y roto llegarate a odiar
no sentiría ese cruel y duro engaño
que le hizo al corazón mío tanto daño
Y a pesar de eso no te puedo olvidar.
¿Como olvidar, amor, el desenfreno,
que ambos vivimos disfrutando los amores
y aquel placer tan dulce y tan sereno;
al canto de los lindos ruiseñores?.
Cuando al atardecer,
sentías con el alma mi querer
y tu embrujada
mi deseada,
morías en mis brazos de placer.
Sabes que aún siento, aquel amor bonito
y necesito,
que vuelvas, a aquel amor que yo te di,
junto al bravío amor y al frenesí
que nacía de tu ser tan exquisito.
Virgilio Alonso de Villegas.
20/2/013