Es infinito el universo que deja, tras sus pasos,
una niña tocada por el sonido de una sirena
(un coche rojo y una escalera).
Los ojos azules de una mujer
me han disparado balas de aire
y disolución de un segundo.
La muerte está pegada a la punta de mi bolígrafo:
trazador de pasado continuo,
río de líneas y orador sin carne,
con huesos o estructuras.
Mi habitación está moblada
con vidrios, hojas enraizadas a la lentitud del [tiempo,
pasos, colores geométricos efímeros,
el funambulismo de una araña descolgándose del [techo,
agua de aire que inunda las calles,
y gravedad o hambre de la tierra:
orden con medida y fecha.
Mi espacio es madrugar para darle a mis manos
conciencia de que son manos,
más jóvenes que en otro lugar:
allí donde mi espacio sea más viejo.
Infinito es lo que quede después de mí,
y de todos, y de todo aquello tan lejano,
incluso de un hipotético fin.
infinita es la palabra infinito.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!