Quiero hablar de tu amor, porque es el mío,
hablar de tu impaciencia y tu sorpresa,
tu soledad en mí, que en mí no cesa,
tu sed que ignora el borde del hastío.
Quiero decir tu dulce desafío,
tu inseguro temblor y tu incerteza,
tu júbilo que es mezcla de tristeza,
tu miedo indetenible como un río.
Hablemos de lo nuestro, no callemos,
es justo hablar de aquello que en el alma,
palpita sin cesar y que sabemos,
que el ritmo desbocado del latido,
latido que se lleva nuestra calma,
se debe a un sentimiento conmovido. (1999)