Tú que pides por las calles,
mañana, tarde y noche,
tomas tu esquina
con gran seriedad;
soportando el frío,
calor y lluvia,
y no te importa…
pues prefieres pedir, a trabajar.
El vicio te obliga
a humillarte
y con gestos de donadie
impactas a los que pasan
haciéndolos según tu…
hasta llorar,
más por dentro,
lastimero y cobarde,
sabes que es otra
tu realidad.
Caminas por las noches,
solitario y sucio,
escondiéndote en rincones,
sombras y portones
cuan rata de vecindad;
son tus recuerdos secretos
que guardas bajo llave,
y cada noche bebes, el veneno
que te hace olvidar;
platicando con fantasmas
tal vez de tu infancia,
te vas perdiendo…
hasta dormir, y olvidar…
¿quién te conoce?
como fue tu infancia?
pues vives en tumultos
en donde solo tu,
sabes tu verdad.